XLIII – Xavier Rudd

La verdad es que tengo una lista bastante larga de futuros pajeos, pero el buen hombre que hoy nos ocupa no ha estado nunca en esa lista. Hasta hace unos pocos días, en que un buen amigo me hizo acordarme de él. Este amigo es Roger, del Erasmus, creo que le conocéis. Erasmus, esa gloriosa experiencia que todos deberíamos haber vivido, más allá del simplismo de los “orgasmus” y “follasmus. Cualquiera que haya pasado un Erasmus puede hablar de lo especial que son las amistades que uno hace en esos meses. Y una de esas amistades especiales fue Roger, una de las mejores personas que conozco, y una de las más graciosas e inteligentes también. Lo tiene todo el tío, pero no contento con eso, desde principios de año se ocupa, y preocupa,  por alegrarnos el día a todos, colgando una recomendación musical en su muro de Facebook. Siempre buenas, aunque parezca imposible. Una especie de paja diaria. De un modo u otro, todos acabamos siendo pajeros…

Y fue en una de esas recomendaciones, hace bien poco, la que me recordó a este Australiano único, ciudadano del mundo en la concepción más exacta de la expresión. Xavier Rudd se llama, todo un músico y todo un personaje.

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Como os decía, es australiano de origen, un auténtico hombre música; sólo le falta llevar un bombo y unos platillos a la espalda, enganchados a sus pies. Es, como se suele decir, un “multi instrumentalista”, un cantautor (sé lo mucho a ROC le chirría esta palabra, y no le culpo, el colegio fue duro para todos) todo tiempo que ha experimentado con casi todo tipo de músicas folklóricas. Su estilo es difícil de clasificar, por eso, porque experimenta y cambia en casi cada canción, pero se podría decir que hace una especie de Reggae-Folk, o Folk-Reggae; términos que me acabo de inventar pero que creo le van bastante bien. Reggae, quizá no tanto por el tipo de música, sino por el espíritu de convivencia, de paz, de buen rollo en resumen, que desprenden sus letras. Y Folk, por lo bien que adereza sus canciones con ritmos y sonidos de su Australia natal (siempre va con tres Didjeridoos en sus actuaciones), y otras influencias de pueblos nativos, que van desde las músicas africanas, hasta sonidos nativos americanos.

 Es un placer escuchar a este hombre. Es puro buen rollo y paz. De verdad. No es sólo su música, sus letras, como os decía, te dejan tranquilo, te dejan con una extraña y cálida sensación de esperanza. Como diría nuestro querido “Cebri”, al que ya hemos mencionado alguna vez,  “es uno de esos tipos que nos reconcilian con la humanidad”.

Le conocí de casualidad, ni siquiera recuerdo cómo ni cuándo. Y reconozco que al principio me pareció un poco blandito, pero superé esa frase en seguida. Tiene algo especial este australiano. No he podido verle en directo, pero viendo el despliegue que se marca en alguno de sus conciertos, tiene que ser toda una experiencia. Ahora me arrepiento de no haber estado un poco más atento, pero es que había olvidado lo mucho que me gustaba. “Come let Go” fue la canción que Roger colgó en su muro y que me ha llevado a hacerle protagonista de uno de nuestros escritos onanistas.

“Come Let Go” es una de sus canciones más Reggae, pero no es lo único que hace. Y os decía que su estilo es un poco inclasificable y si no, escuchad este “Follow The Sun”, mucho más Folk que otra cosa.

No quiero pasarme de trascendental, no es mi estilo. Cuando hablo de que transmite paz, me refiero a que sus canciones son puto buen rollo. Y punto. Son fáciles de escuchar y las letras son positivas, llenas de ilusión, que es lo que cuenta. Si tengo que elegir una, diría que la que sigue a continuación, “Spirit Bird”, es sin duda la que me enganchó a su música. Llamadme flojito, qué le voy a hacer…

 Tiene muchas más, y muy buenas. Para que lo estudiéis un poco, os dejo algunos nombres, aunque os animo a meteros más a fondo con él, la verdad es que no tiene desperdicio. Canciones: Energy Song, Better People, Shelter , Butterfly… Y tiene por ahí una versión de “No Woman No Cry” en directo, que no tiene ningún desperdicio.

Ah, y como bonus, ahí va una jamming con sus Didjeridoos en uno de sus conciertos.

¡Qué lo disfrutéis! Y si es con unos buenos verdes, junto a pinos, piedras y el polvo del Raso de la Huerta, mejor que mejor.