XL – Extremoduro

Hacemos cuarenta! Después de las risas de los gandules y el corcho blanco de la pared, voy a seguir insistiendo con música contemporánea española. Hacemos cuarenta, y para celebrarlo os invito a recordar a Extremoduro, protagonista de la banda sonora de nuestra vida. Me recuerda a minis de kalimotxo en el 2 Rombos, me sabe a humo de hachís en mi habitación, me transporta al Jeep negro de Titán, me lleva al parque de arriba con alguna guitarra mal afinada. Escuchando Extremoduro he pasado borracheras y resacas, he follado y he amado, he hecho pellas, he llorado y he reído, escuchando Extremo he crecido.
Robe es uno de los músicos más influyentes del estado desde los 90, pero también es uno de los mejores poetas que tenemos vivos. Escuchar Extremo es escuchar canto de libertad radical (si la libertad admitiera grados), es una irreverente necesidad de adicciones, una urgencia de sentimientos sin adiestrar. Quizá sea deformación sabinera pero encuentro parecidos canallescos, una similar forma de describir la vida entre Sabina e Iniesta.
Robe, Iñaki y compañía tienen una colección de himnos generacionales inalcanzables para el resto de bandas de rock estatales: Jesucristo García, Extrema y Dura, So Payaso, Salir, Ama ama y ensancha el alma, Stand by… Y es que no sólo son un puñado de letras bien escritas, son unos riffs de guitarra con mucha personalidad, unas melodías identificables, una voz cazallera inconfundible…
Es difícil resumir la carrera de Extremo, extensa, desde 1989 hasta la actualidad. Llena de temazos insuperables, llena de rock transgresivo. Pero os puedo dejar algunos temas de los que guardo especial cariño:
1.- Quemando tus recuerdos. Tiene tantas partes que parece muchas canciones en una sola y cada una con un rollo totalmente distinto. Vivo en vertedero me acuesto con la luna, qué importa ser poeta o ser basura; es un verso que me recuerda terriblemente a Titán y al basurero de Stung Meanchey. Describe la desesperada sensación de los viven realmente en la basura. Y me acerca a todos aquellos veranos codo con codo, Titán y yo intentando quemar recuerdos de basura de la mente de los niños. Recuerdo escribir juntos ese verso y dejarlo en la cama de la presidenta de la ONG… recuerdo tantos recuerdos…
2.- Deltoya. Desde que me pillé las cintas en la FNAC ese disco ha sido importante. Y en concreto Deltoya ha sido una canción que me he puesto recurrentemente cuando he estado jodido, encebollado, hasta la polla de amar, hasta la polla de llorar. Deltoya es un tema que me he puesto para pasar remordimientos de resaca. Es una canción jodida, pero parte de mi mismo también.
3.- Sucede. Comienza con un verso del poeta y no para de hacer poesía hasta el final, cantada por la guitarra de Iñaki, gritada por Robe. A vosotros no os recuerda a los futbolines de Alonso? A chupitos del Vaivén? Y para ser sincero también me recuerda a las ferias de Talavera, al coleguita gritándola hasta morir.
4.- Bri bri Bli Bli. Hubo un viaje de la facultad a algún pantano… a la casa de alguien en el pueblo… evidentemente tengo neblinas sobre el viaje. Pero lo que tengo claro es que hicimos un concurso de a ver quién fallaba en canciones de Extremo. Nos poníamos a cantar canciones al azar y el que no se la sabía tenía que beber (para variar). La parte final de la canción de bri bri bli bli es una fiesta para cantar borracho.
5.- Dulce introducción al caos. Me apetece hablar de la vereda de la puerta de atrás, de puta, que su culo es miel… Pero recordarlas será cosa vuestra. Porque me sale hablar de Dulce introducción al caos, que es una de las canciones de Kyu. Me acuerdo perfectamente la primera vez que entré en su coche. Cada uno con nuestro cigarro encendido. Cada uno demostrándole al otro que nos gustaba Extremo. Cantándonos el uno al otro que agarrado a la cola del viento nos sentimos mejor. Disfrutando del poema que nos proponía Robe, haciendo nuestra la dulce introducción al caos…
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