Colmillo de cera, ahí es nada. Supongo que tendrá algún que otro sentido oculto esa expresión, pero no quiero saberlo. Me gusta eso de Colmillo de Cera, y esa sonoridad, un poco pasada, como a setentas. Estoy influenciado por su música, se nota…

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Conocí a Wax Fang en un capítulo de American Dad. Sé que suena raro, pero es así. Un capítulo que merece la pena ver, además. La escena en sí, la escena en la que aparece una de sus canciones, parece hecha para esa canción. Y puede que lo fuera, la verdad, porque hasta el nombre de “Majestic” se utiliza en el capítulo, dando nombre a un monstruo tentacular que vive preso de un montón de “Rogers” —todo capítulo con Roger es siempre interesante, pero uno con toda una raza de ellos se hace irresistible.

He de confesar que la mezcla de Wax Fang, Ciencia Ficción, Roger y emoción de la escena hizo que hasta llorara un poco la primera vez que lo vi. También puede que el hecho de verlo a una hora perdida, de vuelta de salir y de ponernos finos, ayudara un poquito. En cualquier caso, juzgad por vosotros mismos… Eso sí, realizad el experimento en igualdad de condiciones y tomaos antes, al menos, una docena de copas antes de ver el capítulo. Yo dejo aquí la versión en directo, que te deja igual de bien, y no tienes que edulcorarte artificialmente.

Aunque me encantó la canción y corrí a buscar de quién era —era imposible que hubieran compuesto algo así para un solo capítulo, a pesar de la  concida afición a la música de Seth Mcfarlane—, lo que más temía era encontrarme con el típico grupo monodisco y monocanción que tanto abunda hoy en día, pero no lo parecían. Y no lo son, viva. !Para nada!

Es más, son una cosa rara, un buen experimento actual, con toques setenteros, experimentales, divertidos… Y todo parte, por lo que sé, de un proyecto personal del cantante y multinstrumentalista (según Facebook) Scot Carney, hace unos años, que fue incorporando músicos y creciendo con ellos. El disco al que pertenece “Majestic” es el tercero, creo, aunque no he terminado de aclararme. La cosa es que hay otros, y también molan.

Esta canción es de otro disco, “Mirror, Mirror”, que no está nada mal tampoco. Y tienen otros, lo he dicho ya, lo sé, aunque he de reconocer que me han parecido más raros, algo más ¿conceptuales?, siempre en esa frontera con la psicodelia, que tanto nos gusta. Tengo que meterme más, lo reconozco, pero la cosa es que me encantan, en general. Son algo distinto, tienen un toque como de opera rock —muy sutil, lo sé— que les da un algo muy especial.

Y más especial se hace cuando escuchas el disco “La La Land” (no sé si lo de que estrenaran la película les ha venido mal o bien…). Este disco tiene, como los viejos buenos discos, una historia central y melódica que fluye a través de las canciones; algo que tampoco es ajeno a otros de sus discos. No hay huecos, no hay fisuras entre ellas, y te lo escuchas de un tirón sin darte cuenta. Y es que está muy bien, joder. Por ejemplo, está es la canción número dos del mentado disco, justo después de “Majestic!, ¿lo entiendes ahora?

Ya he dicho que, aparte de “La La Land”, “Mirror, Mirror” también tiene buenas canciones, pero no es el único, no quiero que os quedéis con esos dos solamente. Todos los discos tienen cosas muy buenas. Incluso el de “The Astronaut”, más raro, más íntimo que dirían en la radio —nunca he sabido que significa hacer un disco íntimo, ¿hacerlo desnudo? ¿en el baño?—, más difícil de entender sería lo correcto. Del “Black and Endless Night”, que debe ser el primero y grabado casi en solitario por el bueno (y deliciosamente raro, me atrevería a decir) de Scott, también tiene sus perlitas. Véase “Bi Polar Bear”, que es una fiesta.

Pocas pruebas más creo que necesitáis. Los conozco desde hace un tiempo ya, ROC lo sabe, pero me he decidido a hacer, por fin, esta paja, porque acaban de sacar disco hace nada. Bueno, el single, no he comprado el disco todavía. La canción no está mal, pero tengo que, como digo casi siempre, escucharla más. Como más hay que escuchar a Wax Fang, mucho más, porque tiene mucho dónde refocilarse, dónde tocarse juntos musicalmente, como hacemos en este blog con estas sagradas, aunque espaciadas, pajas, que no deberíamos dejar nunca.

Hala, a disfrutar, y a seguir bailando hasta bien entrada la mañana, que decía JA en su última y santísima paja.