LIII – Bigott

Después de unas cuántas pajas con poco producto nacional, aquí voy con una que creo os va a sorprender muy gratamente. Este producto nacional es de Zaragoza, aunque cante en Inglés; en un Inglés muy personal, eso sí, y sus letras, aunque extranjeras, son muy fáciles de entender, al menos, en lo que a la lengua se refiere; todas tienen un toque bastante surrealista y un tanto inexplicable. Tan surrealista e inexplicable como el personaje que da nombre al grupo.

Se trata de Bigott, igual habéis oído hablar ya de él, hace tiempo que se les oye y se les ve por los mejores festivales. El grupo es básicamente él, Bigott, acompañado casi siempre de una banda de buenos músicos, como Clara y la Soundmachine, habituales colaboradores.
Es un tío muy especial, la cosa salta a la vista. Y es todo un artista. Su música, como os decía, tiene ese toque indie folk-pop siempre presente, pero alternado con ritmos y melodías de todo tipo, como el rock, la electrónica y un buen puñado más de músicas que hacen de lo suyo algo distinto y especial. Variedad ante todo, no es el típico cantautor, ni el típico grupo “popero” que tanto abunda en estos días por las tierras de España, y que, ojo, no tiene nada de malo, simplemente, el señor Bigott se empeña en hacer algo diferente, lo que se le agradece, y mucho. Además, lo hace sin pretensiones de ningún tipo. Es música sencilla y divertida, con su punto de melancolía a veces, de letras sin dobleces, aunque siempre extrañas, cantadas en ese inglés sin complejos tan genial.
Tiene ya unos cuantos discos, creo que son cuatro, y no he escuchado el último, pero por ahora mi preferido es sin duda “This is the beginning of a beautiful friendship”. Es el que me enganchó de forma definitiva y tiene algunas canciones capaces de convencer a cualquiera. Como muestra os dejo estas tres:
Dead Mum Walking, en ¿claro? homenaje a Johnny Cash
Sparkle Motion, y el video que acompaña a la canción, perfecto para levantar el ánimo incluso en los peores días.
I’m Little Retard, distinta a las otras dos, y con una letra que merece la pena pararse a escuchar.
De su primer disco, “Fín”, en mi opinión, el más ecléctico de los que vendrían después, destacaría dos más:
Kinky Merengue, cosa extraña sobre la que aún estoy por pronunciarme, si es que algún día llego a encontrar la luz en esa mezcla de sentimientos encontrados que me produce.
Oh Clarin, yo diría que la más folk, folk, sin llegar a serlo del todo, es la que más me gusta.
A falta de escuchar el resto de discos (creo que sólo tiene uno más), del último que he escuchado, bastante recientemente, por cierto, “The Orinal Soundtrack”, os recomiendo:
Cannibal Dinner, sin duda. Os dejo la versión cañera, la que más mola.
God is Gay, por el título y porque el video mola mucho
No son las únicas, la verdad es que sorprende la calidad general de sus discos y, sobre todo, esa variedad que os comentaba. Me gustó la música, sus videos y luego me gustó mucho el personaje, me ayudó a entender más su música, sus canciones y esas letras un tanto estrambóticas, casi fantasiosas. Si hay algo que produce Bigott es calma, calma ante la vida y ganas de sonreír, es una música que puede parecer simple en ocasiones, pero creo que ahí radica precisamente uno de sus mejores secretos, en la sencillez, en saber hacer algo bonito, animado y distinto con humildad y sin complejos. Espero que lo disfrutéis.
Para que conozcáis al personaje, os dejo esta pequeña entrevista que no tiene desperdicio…
En su página de Band Camp tenéis más información y podéis escuchar sus canciones y comprar sus discos.
No se admiten más comentarios.