El verano es tiempo de pajas, como no. La suave brisa del mar rozándonos las pelotillas es un placer de dioses. Hoy espero que notéis esta sensación con algo que
He tardado, pero al final me he decidido. Nueva paja. Otro septiembre más, con sus calores y sus fríos que parecen no llegar nunca. Una paja que se ha hecho