XXXV – The Brothers Comatose

He de reconocer que ese último “pajote” de ROC, va a ser difícil de igualar. Me han parecido buenísimos estos suizos y su acompañante americana. He escuchado el disco unas cuantas veces y he explorado un poco también la carrera de The Foxionaires en solitario. Muy bueno todo, que más se puede decir… Me quedó con Bogaloo Baby y la de Pay the Bills, aunque todo merece la pena en ese discazo. Gracias ROC, todo un descubrimiento que espero suene siempre a partir ahora en cada “festa et jolgorio”.
Un descubrimiento genial, como espero os resulte lo que os presento en esta “gayola”. También ha sido un reciente descubrimiento para mí, pero en mi caso, de una forma menos interesante y bohemia que la de ROC. A estos “The Brothers Comatose”, Los Hermanos Comatosos en español, los he descubierto gracias a Facebook, y sobre todo, gracias a un compañero nuestro de colegio con un gusto y un conocimiento de la música, como poco, genial. No le voy a nombrar, porque no sé si en realidad le gustaría ser nombrado, pero si os digo que es un gran fan de Dylan y que siempre le recuerdo con una guitarra en la mano, quizá os vaya sonando…
He ahí la historia, no tiene más, un día este amigo cuelga un video diciendo que le habían encantado, lo escuchas, porque como ya he dicho, un comentario suyo sobre música no es asunto baladí, y no te gusta, ¡te flipa! Así sin más. Me escuché la canción unas cuantas veces y me metí a buscar todo lo que hubiera en la red y en Spotify. Cuando algo así te ocurre, cuando una canción te sorprende mucho, te asaltan dos sensaciones muy similares, pero a la vez, muy distantes la una de la otra. Por un lado, te ha encantado y quieres escucharlo todo de ese grupo, y lo más rápido posible, por otro, no quieres, porque sabes que la mayor parte de las veces, lo que ocurre es lo contrario a lo que esperabas; el resto del disco acaba siendo una decepción y ese subidón inicial se pierde, dejándote peor de lo que estabas al principio. Es cierto, te quedas desolado, caes de la euforia a plomo y te pegas el consiguiente batacazo contra la realidad.
En este caso, el riesgo de escuchar el resto mereció la pena. Todo el disco, su primer disco por cierto, “Respect the Van”, suena igual de bien. La primera canción que escuché, la que la citada fuente colgó en facebook, se llama “Pie for Breakfast” y os cuelgo el mismo video que yo vi para que juzguéis si mi entusiasmo estaba justificado.
Su música, en mi humilde opinión, es de raíz Folk, claro está, y siendo más preciso yo diría que puede incluirse en ese estilo que llaman Americana; una forma de llamar a la música actual que toma influencias de la música tradicional de Estados Unidos, tales como el Bluegrass, Hillbilly o Country. Música sureña, vaya, como nos gusta. Y no se pasan de puristas, ese es su secreto diría yo, que juegan con sus influencias más Folk, para hacer una música fácil de escuchar y apta para cualquiera. Con mucho banjo, como debe ser, no entiendo por qué no todos los grupos incorporan ya un banjo a su repertorio… Merece la pena pararse a escuchar sus letras, costumbristas pero a la vez con su pizca de idealismo, como en la canción “The Scout”, donde el estribillo repite eso de “I’ve never grow old… Damn me”.
Esa canción, “The Scout”, junto con la de “Pie for Breakfast”, Pennies Are Money Too” y “Morning Time”, son mis preferidas. Pero ya os digo, no hay nada que sobre en este discazo. Espero que coincidáis conmigo y que los disfrutéis. Ah, y pasaros por su web, su historia tampoco tiene desperdicio.
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