XCII – Las mejores canciones para el verano
En este blog, diario o conjunto de diatribas cuasi musicales, que hacemos pocos y que leen menos, hablamos siempre de música. De todo tipo de músicas. Nos masturbamos musicalmente, y no solo desnudos, también a menudo. Mucho más de lo que nuestro inconstante y parco ritmo de publicación demuestra. Podemos decir que, sino melómanos, somos unos onanistas sonoros consumados. De estos onanismos, compartidos o no, en exterior o en la intimidad de nuestras covachas oscuras, salen también muchas listas que no siempre compartimos más allá de, estos, nuestros momentos de soledad amatoria musical.
De estas listas que creamos de forma conjunta, hay una que es casi una tradición, y es la lista de mejores canciones para el verano. Llevamos haciéndola ya cuatro años y, así como uno, y una, desde que se toca por primera vez, va adquiriendo maestría en cada nuevo gesto y tocamiento, hasta alcanzar ese punto místico en el que podemos afirmar, sin miedo, aquellos de: «como el gustito que se da uno no se lo da nadie», así, de esta forma, las listas que vamos haciendo, sobre todo en lo que a listas de canciones para el verano se refiere, hemos ido cogiendo un callo y una muñeca, que ya quisieran nuestros yos adolescentes.
De esta lista, que enlazaremos al final, voy a extraer las diez canciones que este año sobresalen, o me han sobresalido a mí, como si de protrusión mañanera inesperada se tratara, bien por la sorpresa del descubrimiento, bien porque debieran estar en toda lista veraniega que se precie. Y si no estáis de acuerdo, comentad vuestro porqué, hablad, dejad de masticaros los tuétanos en silencio, ¡maldita sea!
- Bruno Lomas – Ya llega el verano
De las canciones de ROC. Imprescindible. Abre y abrirá siempre toda lista de verano que hagamos. Uno de los rockeros originales patrios, con una canción que define, a la perfección, lo que, al menos, solía ser el verano. Los amigos del verano, sus amores, sus noches eternas, ese espíritu de disfrutar por disfrutar, donde siempre, con los de siempre… Un bueno rock and roll, coño, con esa voz rockera de bien, de entonces, de antes, incluso, del propio Miguel Ríos. ¡Bruno Lomas for ever!
2. Los Mambo Jambo – El hombre y la tierra
Otra de las de ROC, que siempre tiene cositas raras y buenas por ofrecer; es un onanista selectivo, de esos de pasarse pinceles de cuatro micras por la costura del escroto, siempre que tenga tiempo. Y esta canción lo demuestra. El buen rollo original de la banda sonora del programa del gran Félix Rodríguez de la Fuente, a ritmo de jazz —supongo—, y de otras cosas bien ricas. Algo de nostalgia para el verano, que es tiempo de la buena y sana saudade, y marchica de la que tanto nos gusta y tanto estamos necesitados. ¡A bailar, coño, a bailar! A bailar lo que sea.
3. Sam The Sham and the Pharaohs – Wooly Bully
Clasicazo del que se ha acordado Ja, si es que alguien ha sido capaz de olvidarlo. Y si lo has olvidado, te perdonamos, pero recuérdalo ahora mismo. Ja es un onanista sibarita y experimental, le va el hielo y los filetes de ternera crudos. ¿Por qué en verano? Porque sí, porque esta canción suena a verano, a playa, a surf, a «menear el esqueleto» como se hacía antes, sin tanto perreo; o perreando, que también se tercia; se tercia hacer lo que te dé la santa y real gana. Pero en verano, porque al campamento que íbamos de pequeños estos que aquí escribimos de vez en cuando, y que funcionaba con toques de música para diferenciar cada actividad, esta canción se mantuvo durante años para uno de esos toques, sin que nunca llegara a cansarnos. Más verano, imposible, salvo por el calor de Vietnam y el pelotón de los salidos… ¿Eres tú, John Wayne…?
4. Corizonas – The Falcon Sleeps Tonight
Otra de Ja, que le va volar, los halcones y los vientos, y sobre todo el buen rock’n roll, con toques fronterizos, como al que suscribe. Un temazo de ese supergrupo que son Corizonas, fusión de Los Coronas y Arizona Baby, dos grupazos en sí mismos, pero que juntos son capaces de hacer maravillas como esta. Son de verano por lo desértico y el ritmo que le meten, porque suenan al polvo del camino, a andarse perdidos bajo un solo de justicia, sobrevolados por halcones y otras rapaces de intenciones más aviesas. No podían faltar Corizonas, no deben faltar nunca, la verdad, sea verano, primavera, monzón o la edad media. Y en directo… Si no te levanta, algo, el ánimo, las ganas, el corazón o la vida, es que te faltan piezas, piezas importantes.
5. Crîtto de lâ Nabahâ – Califato 3/4
No ni ná. Califato 3/4, que lo mismo se van de trap, que te ponen lo flamenco patas arriba o te cogen la semana santa y te levantan a bailar, que ni que fuera esto el Mánchester de los 80 y hubiéramos tomado una de esas pastillas que llaman «tasio». Una fusión andaluza a muerte, sacada directamente de los pasos de la semana santa sevillana; de hecho, esas palabras y comentarios que se oyen de fondo, son los comentarios que les hace el capataz a los costaleros, para animarles e indicarles por donde van, en un código no escrito, pero que se remonta casi mil años atrás. No se trata de un tema religioso, se trata de música, de arte, de experimentar y de montarte un festival drum & bass con los pasos de Semana Santa. Escucha, dale una oportunidad y déjate llevar, ¡al sielo con Ellâ! Hazme caso, que esta la he puesto yo…
6. Tinariwen – Sastannàqàm
¿Has escuchado alguna vez rock tuareg? ¿Rock del norte de África? Posiblemente no, pero tú te lo has perdido. Tinariwen son los abuelos del rock tuareg o rock del desierto, originalmente argelinos, tienen y han tenido miembros de distintas nacionalidades, porque la cultura o identidad tuareg no pertenece a ningún país en concreto. Pero son una cultura unida, rica y con una vertiente musical potentísima. Su mayor exponente son estos señores, que hacen un rock enraizado en su cultura, pero con una finura y una calidad que les hace codearse, sin miedo, con grandes de este y del otro lado del charco, en su virtuosismo y psicodelia nómada. Un escritor y arabista español los calificaba en uno de sus libros como «Los Triana del norte de África», pero yo creo que son mucho más; con respeto para Triana, claro, que son también grandiosos. Tinariwen es más, porque tienen una historia larguísima y un no sé qué, que qué se yo, que te hipnotiza y te deja metido hasta el fondo en su música, aunque no entiendas ni jota de las letras. Ni falta que hace. Solo hay que dejarse llevar y respirar, profundo, noches estrelladas sobre las dunas, cual dios-gusano. Si todavía conservara sus oídos humanos, Shai Hulud escucharía, sin duda, Tinariwen.
7. La Pegatina y Los Caligaris – Y volar
Que no todo va a ser ponernos especialitos. Ja siempre nos recuerda que en esta vida tiene que haber de todo, y más cuando se trata de La Pegatina, que se les podrá acusar de muchas cosas, pero nunca de no ser jodidamente divertidos y hacértelo pasar siempre bien, levantarte y ponerte a saltar. En verano no pueden faltar muchas cosas, pero tampoco La Pegatina, que su mérito tiene enganchar siempre tanto con sus canciones, y que las letras, en esa ingenuidad deliciosa, te digan siempre un poco lo que en realidad sabes, pero no quieres aceptar: no nos queda más remedio que vivir, y si es bailando, mejor. ¡Qué viva La Pegatina! Y que sigan haciendo lo que hacen, igual de bien, igual de alegres, igual de divertidos. Solos y acompañados.
8. Martha Reeves and The Vendellas – Nowhere to Run
Si es por ROC, no dejaríamos de bailar. Y si nos ponemos a bailar, que no falte nada de Motown. Temazo dónde los haya, que has oído seguro, en películas, radios, anuncios, de esos que suena y, aunque no lo conozcas, tu cabeza te dice: «que sí, melón, o melona, que sí que lo has oído, y más de lo que tú crees; ¿cómo no vas haberlo oído?». Pues eso, las primas de las Supremes se marcaron bastantes temas que siguen sonando y sonarán hasta el fin de la humanidad, empezando por este Nowhere to Run, buen rollo, ganas de bailar, esas voces que son un gusto al oído, al cuerpo y al corazón. Las que fueran coro de Marvin Gaye, cuando se pusieron a hacerlo solas, lo hicieron a base de bien. No hay dónde escapar, porque todos tienen que bailar. En verano, bailar, bailar, bailar (risa maligna, Santiago y cierra). Y este video, ¿qué? ¿No? ¿Todavía no? Si no, es que estás muerto o muerta. Punto.
9. De Frank Professionals – Afe Ato Yen Bio
¿Cómo va a faltar el afrobeat en una lista de verano? Estamos locos, pero ¿qué es esto? ¿La edad media? Claro que no. Y reconozco que conozco cosas de afrobeat, clásicas y actuales –el afrobeat nunca muere—, pero esta canción en concreto la acabo de conocer hace menos de veinticuatro horas, gracias a mi amiga «la ciclista», que tiene un gusto musical como pocos, y una biblioteca en la cabeza y fuera de ella, que ya quisiera Skynet. En cuanto la escuché, dije, coño, verano, verano, verano, yo quiero bailar esto este verano. Y a la lista, tal cual. Y poco más puedo decir de sus autores y de la canción, salvo que mola, que es para ponérsela casi en cualquier momento de un verano en el que se pretenda hacer lo que se debe hacer en verano, que es vivir, y disfrutar, porque, como diría George Carlin: «si alguien piensa que venimos a este mundo a otra cosa que a disfrutar, lo ha entendido todo mal». Y más, añado, sí es en verano. A escucharla y a darle al afrobeat, a estos De Frank Professionals, de los que poco sé, pero sabré, sabré, ¡lo juro!
10. Lou Bega – Mambo No. 5
Un verano sin canción del verano, ¡qué desfachatez! Cuando las canciones del verano hasta molaban. Tenemos ya una edad, pero no me va a negar nadie que el Mambo No. 5 del sonriente Lou Bega no es de lo mejorcito que se ha producido para hacerse con ese trono veraniego, cada vez más depauperado. En tiempos donde el verano todavía tenía los tintes de mística y santidad que debía, cuando de verdad dejábamos todo por disfrutar de la sagrada experiencia de cambiar de vida, de ser otros, de conocer y de vivir de sol a sol, noche con noche y tras noche, existían canciones que unían a todos, de lo viejo a lo joven, a los exquisitos y a los populares, daba igual. Y lo sigue haciendo, el mambo de Lou Bega pone a bailar a los muertos, los resucitados, los borrachos, los puestos, los pasaos y hasta a tu madre y tías en las bodas, ¡que no es poco! No me jodan, hombre, dejar fuera del verano a Lou Bega. Qué será lo próximo, ¿dejarnos sin churrerías en las que tomarnos la última? Ay, es bigotito, quién tuviera la personalidad y falta de sentido del ridículo para volverlo a llevar, pintárselo al menos.
Bonus track: Pantera – Cowboys from Hell
Qué no, que tampoco podemos meternos en el verano sin un poco de metal. Y por ser una época, esta, dada a lo mítico, tendrá que ser con un tema mítico, de una banda mítica —parece que vuelven a girar el año que viene; estén al tanto—. Cowboys from Hell es, posiblemente, la canción que más he escuchado indirectamente en mi vida, con permiso de alguna de los mojones llorones de Mecano. Indirectamente, porque le encantaba a mi hermano Luis y yo, por aquel entonces, que no apreciaba lo mismo, solo escuchaba, preguntándome qué le encontraba él a esta banda, de cantante con nombre mortadelofilemoniense. La edad, la mente y los festivales —la música en directo es una cura perfecta para cualquier remilgo— me han abierto oídos y gustos, convirtiéndose esta canción, entre otras muchas de géneros afines, en temones (Macaco los llamaría himnos: «yo no hago canciones, yo hago himnos»; que confundido estaba, confundió mierdas como un piano con himnos), resucitamuertos, quitapenas, priapismgenerators. No hay verano sin metal, aunque solo sea porque ya van unos añitos que peregrinamos al Resurrection en Viveiro, Galicia, y porque Cowboys from Hell es el reflejo de toda una época, mejor, más clara, puede que más fácil, yo creo que hasta más libre. Si antes no han saltado de la silla, deberían hacerlo, sino, me temo que hemos fracasado.
En cualquier caso, aquí les dejo la lista que, como corresponde a una página como la nuestra, es diversa, rara y con toques de lo grotesco y de lo arabesco. Eso sí, siempre para disfrutar, bailar, volar, cacarear… ¡Bangaran, Rufio!
Con cariño, MIGS.
El Ferdi
Oleeee! Definitivamente la mejor lista del verano hasta ahora.
Frikadas que han hecho mover el piececito a Marcos en el baño.
Larga vida al onanismo y al recreo de la mente!
Abrazos!
Fuerdai